La Luz encontró su espacio en un antiguo almacén de tomates, con el aljibe, la cámara de frío, el suelo de cemento gastado…. En él los muebles y objetos de decoración adquieren un sabor especial. Este entorno resulta, cuanto menos, peculiar, ausente de lujos y modernidades. De este modo, cada pieza adquiere su importancia por sí misma y cada ambiente es el resultado de un esfuerzo de creatividad y adaptabilidad a un medio en apariencia poco propicio.
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